
14 Feb Antropoceno, modelo de salud y autogestión de la salud
Se utiliza el término Antropoceno, por una parte de la comunidad científica para designar el actual periodo geológico. Se destaca el daño en el clima y la biodiversidad por la acumulación de los gases invernaderos, el extractivismo y el excesivo consumo de nuestras sociedades. De este modo vemos el impacto global del hombre en los ecosistemas.
La pérdida de biodiversidad, el déficit de nutrientes en la tierra, el aumento de la temperatura terrestre, la concentración de granjas de animales, los agroquímicos y la pérdida de resiliencia de nuestro sistema inmunitario, influyen inevitablemente en nuestra salud, y por tanto en el aumento de enfermedades infecciosas y no infecciosas.
Entre todas las cosas que debemos cambiar y ajustar, una es nuestro paradigma médico y modelo de salud.
El concepto de salud y enfermedad se remiten a la cultura y al contexto vigente, y viceversa. Por tanto, la percepción de la enfermedad, la justificación de sus causas y las propuestas terapéuticas, están en parte determinadas por el paradigma vigente y la cultura válida. Las curas de salud que realizar una persona indígena son consideradas no válidas, al no ser reconocidas y aplicadas por el modelo vigente.
Ser considerado enfermo o sano está en función de la sociedad a la que se pertenece. A su vez, también existen enfermedades características de nuestro tipo de sociedad, obesidad, diabetes, síndrome metabólico, cardiovasculares, trastornos alimentarios, abuso de drogas y trastornos del estado de ánimo, entre otras. La tecnología en nuestros hogares y trabajos ha propiciado el sedentarismo, el acceso/exceso a los alimentos las dietas hipercalóricas y la agroindustria y la contaminación ambiental ha incorporado nocivos en nuestro cuerpo.
La medicina actual está basada en un concepto biologicista, es altamente pragmática, mecanicista y en algunos casos reduccionista. Se apoyada en criterios científicos, pero es capaz de justificarse e implementarse por criterios políticos o económicos. Es un modelo estigmatizador de otros saberes no médicos. Se establece principalmente a través de relaciones subordinadas, donde el profesional es el que dispone del saber (productor) y el usuario es un actor receptor (consumidor).
Tenemos una intervención médica condicionada por la visión de la enfermedad. Al usuario/consumidor se le genera vulnerabilidad y miedo hacia la enfermedad, fomentando así una necesidad de protección, lo que puede establecer relaciones de dependencia y obediencia. Todo lo contrario a lo que se buscaría, ser un actor activo en tu propia salud, responsabilizarse y fomentar prácticas de autogestión.
En definitiva, este modelo vigente nos lleva a los usuarios y consumidores hacia una mayor ‘des-responsabilidad’ de nuestra propia salud. Incrementando dinámicas donde la enfermedad se vive desde la urgencia, se refuerza el individualismo, capaz de aumentar las listas de esperas y el colapsar el sistema. Por otro lado, se crea la idea que la salud se obtiene a través de medios externos, principalmente a través de la farmacología.
La farmacología diseña un tipo de respuesta a medida influenciado por las:
- Necesidades y expectativas del usuario/paciente consumidor. Tecnoóptimismo, confiar en que la ciencia y la tecnología encontrará la solución a nuestros males
- Necesidades que se desprenden de los estilos de vida (depresión, ansiedad, etc)
- Necesidades creadas por las conductas y dinámicas de consumo (diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, etc)
El uso habitual de la farmacología diseña el propio modelo de salud:
- Un ejercicio de la medicina basada en la prescripción farmacológica
- Incorporar la farmacología como recurso para mantener nuestro ritmo y estilo de vida
- Alimentos de cuarta generación, medica-alimentos (cereales con fibra extra añadida, leches enriquecidas con calcio, huevos con omega 3, lácteos para el colesterol, etc)
- La farmacología es un elemento más que determina el vínculo profesional-consumidor, y que puede simbolizar el valor mismo de la relación
Se pretende caminar hacia otro paradigma, donde todas y todos tengamos un papel activo en nuestra salud, y fomentemos prácticas de autogestión. Hace falta cambios en los profesionales y los propios usuarios/as.
- Profesionales de la salud. capaces de desarrollan y practicar una psicopedagogía de la salud. Organizar y trabajar en espacios en que los usuarios se capaciten a través de actitudes que fomenten el autoaprendizaje y la autogestión. Mirar de evitar las relaciones jerárquicas, y fomentar prácticas de cooperación y ayuda mutua.
- El papel de la usuaria/usuario. Participar de su propia salud y la de los suyos. Enseñar a los suyos a desarrollar actitudes para la salud (entender los procesos habituales en la infancia como parte de la salud). Fomentar la búsqueda de asesores y formadores de salud que trabajen desde el soporte mutuo, la comprensión y prácticas respetuosas.
- Realizar una reflexión sobre la farmacología supresora. Evitar un exceso de intervención farmacológica que frene y suprima los mecanismos propios que dispone el organismo para autoregularse y preservar el equilibrio interno. Evitar de este modo el reducir la resiliencia y la capacidad adaptativa del propio
organismo