Desde la salud natural, cómo entrenamos el sistema inmunitario en este inicio de curso

Llega el inicio de curso y con este es muy probable que lleguen los primeros cuadros víricos. Me refiero a los típicos procesos en la infancia, mocos, catarros, inflamaciones varias de las vías respiratorias, vómitos y diarreas. A muchas familias nos gusta prepararnos para tener el sistema inmunitario ‘a punto’, utilizando recursos propios de la salud natural . ¿Quieres conocer algunos tips para preservar y reforzar el sistema inmunitario de tu hijo/hija, en este periodo?

 

El sistema inmunitario tiene dos funciones principales. 1) Reconocer lo propio de lo ajeno, y 2) Dar una respuesta adaptativa, siempre con un grado adecuado de tolerancia inmunológica. El sistema inmunológico es uno de los  mecanismos de adaptación, propio de cuerpo. Este sistema de adaptación y defensa es susceptible a su propia predisposición genética, a factores ambientales, biológicos, tóxicos, psicoemocionales, etc. Nuestros hábitos y cuidados tendrán un papel importante en el correcto desarrollo y en el estado de salud de nuestras defensas. Vamos a ver esos tips que nos van a ayudar:

 

  1. Salud y buenos alimentos. La base de nuestra salud inmunológica es la alimentación. En verano solemos romper con la rutina habitual y es usual los excesos y desajustes. Es muy probable que nuestras criaturas hayan consumido más azúcares, alimentos salados y grasas de peor calidad. Un consejo será, restaurar e incidir en estos meses de inicio de curso, en una dieta sana y equilibrada. La naturaleza es sabia y nos ofrece los alimentos de temporada. Según la medicina china, dejaremos atrás aquellos alimentos más fríos, para pasarnos a una alimentación más tibia y caliente. Celebraremos la llegada de los alimentos de final de verano e inicio de otoño, los higos, uvas, granadas, moniatos, calabazas, manzanas, castañas, almendras, coles, etc. Recuperaremos las recetas de la sopa de ajo y tomillo de nuestras abuelas, ellas son las guardianas legendarias de la salud, las que transmiten la sabiduría popular sobre el autocuidado.

 

  1. La digestión es la cuestión. Este es el título del libro de Giulia Enders, en él se intenta resalta la importancia del sistema digestivo. Los naturópatas  y los que trabajamos en salud natural, vemos a menudo, como algunos desajustes digestivos influyen en la respuesta y tolerancia inmunológica, y se puede expresan, en una mayor sensibilidad e inflamación de la mucosa respiratoria o la dermis de la piel (atopias cutáneas, bronquitis de repetición, laringitis, etc). Es importante reducir el consumo de azúcares y harinas refinadas, y modular  el consumo de lácteos industriales. Prepararse en este periodo con la toma de un probiótico, es una buena idea para adecuar el equilibrio de la microbiota intestinal. Sabemos que estas bacterias intestinales tiene un papel muy importante en nuestras defensas.

 

  1. Bailar al ritmo de la naturaleza. La cronobiología es la parte de la biología que estudia los ritmos internos y los fenómenos cíclicos en los seres vivos. Existe una sincronización entre el ritmo de la naturaleza y nuestros cambios internos. Un ejemplo, el ritmo circadiano es un progresión de cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas, influyentes de la luz natural y la oscuridad. El ritmo circadiano se puede alterar por los estímulos lumínicos artificiales. El otoño nos invita a bajar el ritmo, ya que los días son más cortos y fríos. El descanso es primordial, y para preservarlo evitaremos el uso de pantallas en nuestros niños y niñas, horas antes ir a dormir, y buscaremos una luz más tenue y cálida en el hogar.

 

  1. Plantas con propiedades. Nuestra cultura y dieta mediterránea incorpora plantas en nuestro saber culinario, y también en nuestro botiquín. La naturaleza nos presta sus plantas, y estas a su vez nos bridan una serie de principios activos que nos cuidan. Un ejemplo de ello, es el tomillo, romero, orégano, salvia o ajedrea. Podemos preparar una sal de hierbas con algunas de estas plantas secas y trituradas, para añadir a nuestras carnes y pescados, esto facilitará nuestra digestión y tendremos un extra para nuestras defensas. Podemos preparar una infusión en el inicio de síntomas catarrales, con tomillo, romero, llantén, malva y yemas de pino. La naturopatía y la cultura del uso de las plantas medicinales nos ofrece múltiples preparaciones, como las decocciones, bálsamos, jarabes, emplastos u oleatos. Se pueden realizar también vahos, lavados e irrigaciones. Nuevamente, eran las abuelas las que disponían y transmitían esta sabiduría.

 

  1. Baños de sol. La radiación solar nos proporciona la síntesis de vitamina D. Cada vez más se está viendo la importancia de esta vitamina en nuestro sistema inmunitario, por lo visto reduce el riesgo de infecciones microbianas. El sol de septiembre y octubre es algo más suave que el que nos visita los meses de verano. Los niños y niñas pueden hacer cierta exposición solar, durante unos 15 minutos, entre las 10 y las 17h, varias veces a la semana. Ese ratito se hará de forma espontánea, jugando en el parque, playa, calle o en el arenal. Estamos hablando de una exposición corta, con sol de otoño y en horas que haya una intensidad solar sostenible. Protegeremos la cabeza con una gorra y nos hidrataremos bien.

 

  1. Salud vascular. Si algo es característico del otoño, es su variabilidad ambiental. Podemos tener un mediodía caluroso y una tarde-noche fría y húmeda. Y es fácil el que nos pueda pillar desprevenidos y sin una chaqueta. Es una época fácil para los resfríos. Nuestro sistema vascular nos protege de los cambios de temperatura externos, y se adapta para mantener la temperatura corporal (termorregulación). Nuestro estilo de vida, con casas cada vez más termoregulables, mejor aisladas, sistemas de calefacción, duchas calientes, ropa térmica,…ha reducido nuestra resiliencia termo-vascular. Y es fácil que ante un mínimo cambio barométrico y de temperatura, nos podamos ver resentidos. Es importante la actividad y el juego físico, realizar deporte de forma habitual, nos estimula realizar duchas o baños con agua tibia, o realizar irrigaciones alternas de agua caliente y fría, para acabar con agua fría. Podemos caminar descalzos por el césped húmedo o por la orilla del mar. Los baños de agua fría después de realizar actividad física, es también un estímulo vascular ideal. Que se lo pregunten a los ancianos donostiarras que se bañan todos los días en la playa de la Concha.

 

  1. La casa no es un quirófano. No podemos esperar que nuestra casa sea un lugar aséptico, ni pretendemos que sea un quirófano. Tampoco podemos poner puertas al campo, y nuestro entorno, el parque, el arenal, la playa, el bosque o la escuela, son espacios no asépticos. La salud de nuestra microbiota y nuestro sistema inmunitario adaptativo, depende de su relación con el medio y el que exista un biodiversidad externa equilibrada. Una alteración abrupta del medio puede influir en nuestro equilibrio microbiano interno. Como también tomas reiteradas de antibiótico, puede modificar dicho equilibrio.

 

Es inevitable que los bebés, en sus dos primeros años estén más expuestos a procesos infecciosos. Dichas exposiciones, comunes y habituales, ayudaran al refuerzo adaptativo y a la resiliencia inmunitaria del individuo. Debemos también de contextualizar los diferentes signos y síntomas que puede tener el niño o la niña (fiebre, dolor, malestar, inflamación, mucosidad, diarrea, vómito, etc), y teniendo en cuenta su intensidad, naturaleza y contexto, evitaremos una supresión sistemática de estos síntomas con el uso de fármacos. La salud natural nos ofrece  vías más respetuosas, capaces de modular y regular estos signos, sin llegar a suprimirlos del todo, permitiendo un proceso de equilibrio más orgánico y natural para nuestras defensas.

Espero que os sea de ayuda y reflexión estos tips, para preservar los recursos propios que nos ha dado la sabia naturaleza.

 

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En cada post os compartiré una canción, que me ha ayudado a inspirarme o que me sugiere algo asociado para el post. En este caso ‘Cuarteles de Invierno’ Vetusta Morla, me inspira la importancia de la preparación a una etapa de frío!